La guerrilla tuvo primero un origen y una razón política, después acudió al narcotráfico para financiar su causa.
Las bandas criminales son narcotraficantes que ahora buscan teñirse de una motivación política para evadir la cárcel, la extradición y la pérdida de su riqueza producto de un negocio ilegal.
Los colombianos necesitamos tener clara esa diferencia para decidir si aceptamos la propuesta del ACOGIMIENTO de la que empezó a hablar el Canciller Álvaro Leyva Durán como un beneficio para grupos de narcotraficantes puros y duros como el Clan del Golfo.
Confundir a la guerrilla con el narcotráfico. Aceptar que son iguales nos podría llevar a una Colombia entera sometida al inmenso poder de los sometidos.
¿Queremos la paz total? Sí. Definitivamente, Sí.
Pero debemos tener claro cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar.
¿Quién someterá a quién, Colombia a los narcos o «Los acogidos» a todos los colombianos?
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