La calle habló fuerte y claro. Miles de personas se tomaron las calles de las principales ciudades de Colombia para exigirle al nuevo gobierno de Gustavo Petro que respete la propiedad privada, que no debilite a las Fuerzas Armadas y la Policía, que no está de acuerdo con la Reforma Tributaria, ni las amenazas contra el Sistema de Salud.
Los manifestantes aprovecharon también para hablarle al Congreso y a los partidos de gobierno a quienes calificaron de vendidos.
Los Alcaldes de Medellín y Cali grandes perdedores por la magnitud de las marchas y las consignas de los manifestantes en su contra.
Todas las marchas fueron pacíficas. En Bogotá manifestantes denunciaron ataques de la Primera Línea al final de la jornada en la Plaza de Bolívar.
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